viernes, 26 de septiembre de 2014

Los días plátano



Así los días, que amanecen
envueltos en esa amarilla funda
como enfermos del hígado,
abandonados cual intentos de homicidio
y una vez separados de nerviosas amarguras,
se nos presentan algunas veces
con su blanca dulzura de untosa carne
y la fragancia de sus curvas horas.

¡Muerde entonces el blando cuerno!

Devora ese toro a diario,
aunque no te queden dientes,
mientras te quede apetito por la vida
y ganas de sentarte a su mesa.

1 comentario:

  1. El temible poema que dio origen a un monólogo acerca de la poesía de las pequeñas cosas, un plátano en este caso.

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